Revolución de 1820
Fernando VII, el deseado, que había pasado la guerra de independencia española retenido en Francia, a su vuelta a España rechazó jurar la constitución española de 1812( la constitución de Cádiz o la pepa) que los liberales de las cortes de Cádiz habían promulgado en nombre de la soberanía nacional, aunque previendo el ejercicio del poder por el rey al que consideraban legítimo. Restaurado en el trono como rey absoluto comenzó una dura represión de los liberales, muy numerosos en el ejército, que intentaron una serie de pronunciamentos militares fracasados entre 1816 y 1820.
Revolución de 1830

En España, el periodo final del reinado de Fernando VII estuvo protagonizado por el alineamiento de las fuerzas políticas y sociales en dos bandos identificados con el absolutismo y el liberalismo. A la muerte del rey (1833) se abrió un periodo de transformaciones liberales y de guerra civil entre carlistas (partidarios de Carlos V, el hermano de Fernando VII) e isabelinos (que apoyaban a la hija de Fernando VII, Isabel II, que era aún una niña).
Revolución de 1848
De modo simultaneo a la revolución parisina, hubo intentos de sublevación contra el gobierno moderado de Narváez por parte de elementos liberales progresistas, pero la división interna de estos, especialmente las dudas que los dirigentes tenían sobre el radicalismos de las bases, y la energía de la represión que desplegó el gobierno las hicieron fracasar.
El espadón español fue considerado en las cortes europeas como un defensor del orden establecido, a la altura de Radetzky y Winditschgratz: y el discurso de Donoso Cortés apoyando su actuación ( la dictadura necesaria - Narváez disolvió las cortes y gobernó sin control parlamentario durante dos años) tuvo también eco en la opinión conservadora internacional.